Acabo de despedirme de un gran amigo que me acompañó durante unos 6 años aproximados. Descubrí lo realmente dificil que me ha resultado soltarlo y dejarlo ir, aunque tambien al mismo tiempo me ha sorprendido la filosofia con la que me he acercado al asunto de la muerte. Un momento sagrado e intimo para repasar los cimientos de nuestra existancia incluyendo a la muerte en la ecuación. Fumé y eso me volvió más sensible y tambien más agradecido y valorativo. Lo abrazé poco antes de morir y me sentí uno con él. Pude disfrutar los ultimos momentos con él con mucha intensidad, porque de repente me centré en la idea de que lo mejor que podria hacer en este momento, disfrutar los escasos momentos que nos quedan para agradecer y glorificar el hecho de coincidirnos en esta vida. Sé que tienen 7 vidas, pero igualmente tocó hacer el duelo.